¿Un mal maestro?

Todos hemos escuchado en algún momento la queja de los estudiantes sobre si su profesor o profesora es ‘malo’ o ‘mala’. La queja puede ser en torno a si no les gusta cómo enseña o su forma de ser y de tratar a los alumnos. Al respecto en el sitio de Aleteia se sugiere a los padres escuchar las quejas de sus hijos y hacerlos reflexionar sobre lo que acaban de decir. Luego es necesario preguntar más pues «puede tener razón y quizás no conozcamos al profesor en cuestión. Si sus explicaciones están fundamentadas, hay que hablar del asunto con el profesor. Pero si percibimos que su opinión es injusta, conviene ayudarle al niño a ver la situación con perspectiva y buen criterio». Lo principal que deben entender los chicos es que una perspectiva positiva y de aceptación es esencial para el éxito escolar y la realización de la persona. «Nos toca apoyar el trabajo de los profesores, aceptar sus exigencias y comprender su forma de actuar. Nuestras críticas afectan a nuestros hijos y les impide aplicarse en el trabajo. Contribuiríamos a que le guste menos su profesor». Sin embargo, tampoco se trata de «caer en la indolencia de una confianza ciega y cómoda, sino ejercer un discernimiento prudente e informado en esta preocupación por una auténtica cooperación entre padres y docentes». 

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