Un «corazón educado»

“Un corazón educado, según la educación integral que concibe la Iglesia, supone un corazón portador y artífice de paz. En este sentido, educar el corazón de los jóvenes ya implica educarlos en la paz”. Así lo aseguró el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano, el pasado 12 de marzo, en el marco de un encuentro promovido por la diócesis de Parma, Italia. El cardenal repasó las características propias del educador cristiano, su responsabilidad y sus tareas. La educación -añadió- significa “ante todo ayudar a los jóvenes a descubrir el fundamento bueno de la vida. Estar en el mundo es un don y un bien”.  Pietro Parolin aseveró que la tarea educativa de la Iglesia nunca debe decaer, “al contrario, debe buscar nuevas motivaciones porque es una obra de formación de los corazones que reaviva la esperanza, recrea la solidaridad y contrarresta todas las semillas de violencia que la cultura de la indiferencia y del conflicto siembran en nuestras sociedades, preparando el terreno a las guerras. La educación es una de las vías más eficaces para humanizar el mundo y la historia”.

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