Resucitar

Dios es Omnipotente y puede hacerlo todo, pero… «no puede» obligarnos a tener un corazón arrepentido. Así lo señala María Esther de Ariño en un artículo sobre la Pascua de Resurrección, en el que explica que Dios nos deja en libertad para amarlo o para ofenderlo, para querer estar unidos a El o para olvidarlo «y esa libertad es tan traicionera que nos puede dar o quitar  el derecho a nuestra propia y gloriosa resurrección. Porque resucitar eso sí, lo haremos todos. Ya que así lo decimos y creemos en nuestro Credo; ‘creo en la resurrección de los muertos'». La Pascua -asegura María Esther- es el Misterio más grande de nuestra fe. «Cristo ha resucitado y la Muerte quedó vencida porque su Resurrección la mató». Por lo anterior, María Esther señala que «lo que hemos vivido estos días no puede pasar sin dejarnos algo, sin dejarnos una huella en el alma, ahora que proseguimos el camino de nuestro quehacer de siempre».

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