¿Qué hacer con los compañeros ‘tóxicos’?

Es la escuela un lugar donde tanto amor se necesita. Ahí aparecen de vez en cuando esos compañeros “tóxicos” –incluso entre los docentes- que no entienden lo mucho que los chicos precisan de una mirada tierna, una palabra oportuna o un gesto amable. Son personas que tratan  que la forma dominante de relacionarse sea la disconformidad permanente y la falta de cordialidad, “buscando cómplices y engriéndose socarronamente cuando espetan esos discursos cargados de egocentrismo”. Será preciso ser “sagaces como serpientes y sencillos como palomas” (Mt 10,16) para “generar culturas dominantes en nuestras escuelas centradas en las necesidades de cada alumno y en la tarea de hacerles crecer intelectual, emocional y moralmente; para generar culturas centradas en el cuidado, en la cordialidad y en el reconocimiento mutuo. Huelga decir que en las escuelas estamos construyendo futuro”.

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