La escuela que quiero

El escritor Andrés García Barrios reflexiona en un artículo en torno a “la educación que queremos”. En ese sentido afirma: “en la escuela que yo quiero, el conocimiento que adquirimos se nutre de nuestra verdadera personalidad, es decir de una visión fresca de nosotros mismos, lo menos prejuiciada posible (lo menos maquillada, vestida, iluminada… en una palabra, lo menos producida posible), convirtiéndose en un verdadero sostén para la vida”. García considera que lo que aprendemos debe ayudarnos a florecer en cualquier circunstancia y sólo así tendrá verdadero valor. Señala que como docentes, es necesario pensar que los estudiantes “vienen ya equipados con las cualidades y capacidades para aquello a lo que quieren dedicarse, y es sobre esa base que debemos ayudarles a construir su futuro”. Finalmente, opina que la evaluación de lo aprendido nunca debe ser más importante que el momento maravilloso de aprender algo, “sobre todo cuando nos ayuda a quitarnos falsas ideas de la realidad o creencias equivocadas de nosotros mismos”.

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