La educación es imprescindible para reconstruir el tejido social

La educación y por tanto, todas las instancias de la Iglesia Católica que trabajan para este objetivo, son medios imprescindibles para reconstruir el tejido social y proclamar el camino a otro mundo posible. Uno donde haya cabida para las distintas miradas e identidades, donde la diversidad sea expresión viva del rostro pluri-forme de Dios mismo, y como mecanismo de contraposición frente los múltiples proyectos de muerte cotidiana. Así lo reflexiona en su artículo Mauricio López Oropeza, director del Centro de Acción Pastoral y Redes del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Toda tarea educativa que incluye hábitos solidarios, capacidad de pensar la vida de manera integral y profundidad espiritual, producirá otro tipo de relaciones humanas, dice. Se necesita un Pacto Educativo que afirme la más alta expresión de política, que favorezca el diálogo interdisciplinario, el acercamiento de lo diferente y la afirmación de la diversidad.

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