Educar en la vocación

“Tener una vocación es sentir una llamada a hacer algo, a dedicarnos a algo”. Para ayudar a que los estudiantes encuentren su vocación es necesario que las escuelas no solo eduquen en la vocación sino que también acompañen a los alumnos a encontrarla correctamente. En un artículo Enrique Lluch señala que “el primer elemento que debemos regalar a nuestros alumnos es la noción de vocación”. En ese sentido considera importante el que los alumnos elijan sus estudios profesionales empezando por lo que más les guste y no les cueste trabajo realizar. Lluch acude a la Encíclica ‘Laborem Exercens 2’, en la que se habla de las dos dimensiones del trabajo: la subjetiva y la objetiva. Al respecto -indica- la primera es esencial para el desarrollo como personas pues “el trabajo nos permite ser más y mejores personas, desarrollarnos, madurar y crecer en sabiduría”. Respecto a la segunda, es “cómo a través de él colaboramos en la construcción de nuestro mundo, en que todo funcione correctamente, en que el bien común sea una realidad en el lugar en el que nos encontramos”.

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