Educación católica

La educación católica educa en valores, es decir, en «los principios que todo ser humano adquiere para ser mejores personas». Así lo explica el asesor psicológico José Luis Anguiano Cadenas, quien destaca que cuando el educador católico enseña los mandamientos de la Ley de Dios, también enseña valores pero «también estamos formándonos como mejores personas religiosas». En ese sentido, considera que la doctrina religiosa no debe nunca enseñarse como teoría, repetitiva y de memoria, sino vinculándola «con la vida misma, con el día a día, con ser mejores personas, porque Dios así nos pensó y así nos quiere». Aprender los Mandamientos de la Ley de Dios, los siete Sacramentos, los Mandamientos de la Iglesia, los pecados capitales, veniales y mortales es «para la vida misma que nos ayuda a ser mejor personas, a adoptar comportamientos firmes y no ambiguos ante situaciones que en el momento parecen convenirnos». Por lo anterior, asegura que la escuela católica y sus docentes deben estar comprometidos con «una formación religiosa que ofrezca sentido a la vida con uno mismo, a la vida con los demás y a una relación sana con Dios».

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