Una educación honesta

La escuela debe ser un lugar de encuentro y comunión, donde se construye juntos el desarrollo integral de cada persona. “Una educación honesta, donde realmente aprendamos a ser grandes personas”. Así lo señala el padre Francisco Méndez, presidente de la Asociación Venezolana de Escuelas Católicas, quien explica que no se trata de competencia sino de animarse unos a otros a ser mejores individuos. Lo más importante -dice- es crecer en valores, ya que los conceptos y teorías se pueden aprender en casa, “pero si no aprendemos los valores en la escuela, estaríamos perdiendo el tiempo”. Para el padre Méndez, lo que se pretende es una escuela donde se aprenda cultura, humanidad, relaciones interpersonales y la construcción conjunta de un ambiente adecuado para el aprendizaje. “Las peores escuelas son aquellas que solo enseñan a resolver los problemas individuales y fomentan el egoísmo, viendo a los demás como enemigos a los que hay que eliminar para alcanzar los objetivos personales”.

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