Una buena educación científica

Una buena educación científica debe «fomentar una concepción de la misma como un proceso de construcción de conocimiento, condicionado por contextos sociales, históricos y culturales y en constante interacción con la tecnología, la sociedad y el medio ambiente». Así lo afirma la especialista en tendencias educativas, Paulette Delgado, quien destaca que una buena educación científica incentiva una actitud de autonomía crítica, «que cuestiona y es intelectual frente a las noticias publicadas por los medios de comunicación, a las propuestas de grupos particulares y a los acontecimientos de la vida cotidiana». La especialista refiere que la alfabetización científica ayudará al estudiantado a ser más racionales en dos aspectos: de manera epistémica, ya que podrán fomentar sus propias creencias basadas en evidencia, y «la racionalidad instrumental, que implica comportarse de la manera más favorable para alcanzar sus objetivos, especialmente en una sociedad que es impulsada por esta área y la tecnología». Apunta además a la necesidad de que en las aulas se tenga una alfabetización científica que incorpore una comprensión amplia de la interacción entre ciencia y sociedad.

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