¿Para qué el silencio?

Los educadores, al igual que muchas otras personas, hemos vivido esta pandemia en medio de un ruido ensordecedor, un ruido del cual quizás no nos hemos percatado, pero que nos viene no sólo del exterior, sino también de nuestro interior. Este ruido es el que nos impide entender plenamente todo aquello que habita en el silencio, y que nos permite ver con claridad y objetividad nuestra realidad en medio de esta pandemia.

Este ruido es provocado por la incertidumbre y el miedo a quedar contagiados y contagiar a los demás de Covid-19, especialmente a los seres queridos, o a quedarnos sin empleo debido a la crisis económica; es el ruido provocado por nuestras faenas diarias con la familia, en el trabajo a distancia, el alejamiento de los amigos y seres queridos, y muchas otras situaciones que no nos permite escuchar el corazón.

Queridos Educadores ha creado el programa «Acompañar en la incertidumbre», cuyo primer capítulo ha salido a la luz esta semana. Son ocho cápsulas con igual número de infografías para acompañarnos de manera particular en la Cuaresma, que inicia este Miércoles de Ceniza.

Esta primera cápsula nos invita a cuestionarnos: ¿somos capaces de detenernos para silenciar nuestra persona? ¿Cuál es mi actitud general frente al silencio? ¿Cuál es la primera reacción cuando siento hablar de silencio?, ¿lo valoro?, ¿le doy importancia?, ¿lo busco?

Con una recreación de una charla entre profesores, este primer material nos hace darnos cuenta que no somos los únicos que en esta pandemia nos encontramos en esa situación, pero que juntos podemos descubrir a quienes habitan ese silencio que nos ayudará a vivir el presente para estar atentos, vigilantes y despiertos.

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