Los catequistas y la espiritualidad de la cruz

Para los catequistas, la cruz es el núcleo mismo de la espiritualidad cristiana. Así lo afirma el teólogo Marcial Riveros Tito, quien detalla que en su misión de formar a otros en la fe, los catequistas están llamados a «transmitir no solo el contenido doctrinal, sino también a ayudar a las personas a vivir una relación profunda y transformadora con Cristo; por ello, la cruz, como signo del amor absoluto de Dios, debe ser el centro de esta formación». También considera que la espiritualidad de la cruz es contracultural pues desafía las corrientes que buscan evitar el sufrimiento a toda costa y que valoran la comodidad y el placer por encima de todo. En ese sentido -añade- es una oportunidad para «mostrar que la verdadera alegría cristiana no se encuentra en la evasión del sufrimiento, sino en la aceptación del mismo como camino hacia la resurrección y la plenitud de la vida en Cristo». El teólogo asegura que los catequistas deben ayudar a las personas a ver la cruz como fuente de esperanza y fortaleza, pues en la cruz, «Cristo nos muestra que el amor verdadero es capaz de transformar la realidad en un acto de redención y vida nueva».

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