La escuela católica

Cuando un docente trabaja en la identidad de la escuela católica, ya sea espiritualidad jesuítica, de la escuela francesa, espiritualidad franciscana teresiana, etcétera, esa persona entra en un proceso integral e interno de reflexión que desemboca en otra forma de hacer educación. Así lo señala el hermano Abdón Camacho, vicepresidente del Consejo de la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC), para quien la clave de la educación es la formación del docente. “Si el docente está bien formado, tendremos buenos ciudadanos y buenos alumnos. Y buenos resultados”. El vicepresidente del Consejo de la CIEC considera que un centro educativo ideal, es aquel donde el alumno se siente parte, lidera procesos y aprende al hacerlo. Asimismo, dijo que ese centro educativo ideal será aquel donde se tenga la experiencia de la comunidad, socializar desde lo fraterno y desde la experiencia de “encontrarme con el otro, como hermano”. Deberá ser una escuela que transforma, que es dinámica, que no se estanca, que investiga y que sea un espacio de crecimiento integral.

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