Escritura a mano

La escritura a mano conecta nuestra corporalidad con nuestra psique en un ejercicio que potencia las capacidades cognitivas. Así lo asegura el filósofo Carlos Javier González Serrano, quien comparte que él mismo motiva a sus estudiantes a escribir a mano pues esta acción «congela nuestra hiperestimulada realidad y nos procura el tiempo preciso para poder entender cuanto nos rodea. La escritura nos permite recuperar nuestro tiempo». La escritura a mano -continúa González- «nos engrana con nosotros mismos, con nuestras propias preocupaciones y con el mundo circundante». Y es que -dice- «hay algo que también debería preocuparnos, el llamado analfabetismo funcional: nos estamos arriesgando a que las nuevas generaciones sepan escribir, leer y pensar pero que no quieran escribir, leer ni pensar porque se les da todo hecho». Concluye señalando que el ser humano es un ser esencialmente narrativo; «su identidad se forja a través de los relatos que se cuenta sobre sí mismo a los demás… Al escribir reconquistamos, con ello, nuestra libertad».

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