Educar en la belleza
Educar en la belleza implica considerar seriamente la trascendencia. “Para ello hemos contado siempre con la posibilidad de la contemplación, como la vía para discernir sobre qué es lo bello, al profundizar a través de ella y llegar como decíamos a la esencia misma de las cosas”. Para el profesor Valmore Muñoz, “somos imágenes de Dios, por lo tanto, así como ha reconocido San Agustín, esa belleza se encuentra dentro de cada hombre y la educación, como hemos apuntado, un camino para que ilumine el exterior”. Es necesario -dice- tomar conciencia de que la belleza está presente y viva; “es esplendor del bien. Esplendor que reside también en la inteligencia y, precisamente es bella porque está iluminada por el bien”.
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