Dios en todo

A veces la rutina y las prisas diarias hacen que perdamos de vista que podemos encontrar a Dios en todo y en todos. Así lo señala Juana Gaviria en un artículo, en el que destaca la importancia de que en medio de las ocupaciones cotidianas se debe dar tiempo para «la contemplación y los sentidos… Puedes percatarte de un saludo que te cambia el ánimo, de un halago respetuoso recibido por un extraño, de alguien que te ha ayudado en la vía porque te varaste o, de repente, en el parque tuviste la conversación más profunda que en mucho tiempo no habías tenido. Estos son los detalles y las ternuras de Dios… Están todos los días puestos por Él desde que te has levantado». Para la autora, «la vida de Dios en el hombre es la que mejor puede contemplarse y la que Él ha preferido para ser contemplado».

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