Desaprender
El aprendizaje consta de dos movimientos: por un lado, la capacidad de acoger nuevos conocimientos y de relacionarlos con lo conocido y, por otro, la de acoger nuevos conocimientos y desaprender lo conocido. Así lo señala la profesora Silvia Martínez Cano, quien explica que desaprender implica poner en duda nuestras creencias y conocimientos para poder comprender con más claridad aquello que pensamos que sabemos. El desaprendizaje -asegura- «suscita una pérdida de miedo a la transgresión que supone ir más allá de los límites establecidos por la sociedad o por uno mismo, y desafiar las convenciones sociales a la luz de un bien mayor». En ese sentido, explica que una educación guiada por el Evangelio es una educación que desaprende las normas de la competitividad, la individualidad y la complacencia. «Desaprende el consumismo depredador de las sociedades neoliberales y transgrede con la práctica del amor. Porque el amor, que es compasivo y relacional, desaprende rápidamente la hostilidad y aprende con alegría la solidaridad».
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