Un buen método para enseñar Historia

Es importante que la enseñanza de la Historia se lleve a cabo no solo como un conjunto de datos, sino como una experiencia transformadora que conecte a los alumnos consigo mismos y con los demás. Así lo asegura el escritor Andrés García Barrios en su artículo denominado ‘La Historia se aprende involucrando todo el cuerpo’, en el que reflexiona sobre su cambio de perspectiva hacia ‘Las Confesiones de San Agustín’, un texto que solía considerar soporífero pero que ahora reconoce como una obra de gran profundidad y vigencia. En ese sentido, García Barrios propone un ejercicio de desaprendizaje inspirado en técnicas teatrales, para acercarse a la Historia y sus personajes con empatía y espontaneidad. Este método -dice- busca despojarnos de ideas preconcebidas para «actuar» y experimentar la vida de los personajes históricos como si fueran contemporáneos, permitiendo un entendimiento más humano y vivencial. Asimismo, destaca la importancia de involucrar nuestro ser completo –emociones, cuerpo y mente– en el estudio de la Historia, contrastando con un aprendizaje puramente técnico o abstracto. Comprender el pasado -añade- implica revivirlo desde nuestra humanidad.

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