Ser peregrinos de esperanza

Ser peregrinos de esperanza es «caminar con fe, sembrando amor y transformando el mundo a nuestro paso. Porque, al final, ese es el propósito más profundo de nuestra existencia: colaborar con la creación de un mundo donde Dios habite en cada corazón y acción». Así lo explica la licenciada Trinidad Ried en un artículo en el que destaca que cada decisión que tomemos hoy en día «estará cultivando las semillas de un sistema más humano y sustentable… Un reino donde prevalezcan la justicia, la paz, la bondad y la verdad». Por lo anterior, aconseja que para ser peregrinos de esperanza es necesario tener en cuenta las siguientes actitudes para el cambio: Conciencia de la interdependencia; promoción del amor como fundamento; formación en valores fundamentales; educación en ecología integral; responsabilidad con la tecnología; inclusión del genio femenino; rescatar lo que la sociedad considera “inútil”: potenciar las artes, los deportes, el contacto con la naturaleza y el silencio; y aprovechar la sabiduría de las personas mayores.
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