Los seres humanos, por naturaleza sociales, han visto en la tecnología digital una herramienta para conectar con otros, incluso a grandes distancias. Sin embargo, en un artículo Mariana Sofía Jiménez Nájera refiere que a pesar de estos avances, vivimos en una era marcada por la soledad. En este contexto, los chatbots han ganado popularidad, brindando compañía virtual a personas que buscan alivio a su soledad. Los usuarios -destaca la autora del artículo- proyectan emociones y vínculos humanos en estas máquinas, al punto de encontrar consuelo en sus interacciones. Aunque son útiles estas relaciones -dice- pueden ser menos complejas que las humanas y, en algunos casos, fomentar el aislamiento social. Por lo anterior, alerta que el uso excesivo o inadecuado de chatbots presenta riesgos significativos. Algunas personas desarrollan vínculos tan intensos que afectan su bienestar emocional, mientras que otros sistemas mal diseñados o malintencionados pueden incitar conductas dañinas o desinformar. Concluye al destacar la necesidad de fomentar la educación sobre el uso responsable de los chatbots, establecer regulaciones claras y priorizar las relaciones humanas en un mundo cada vez más digital.

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