Celebración Penitencial de Cuaresma
Al presidir la Celebración Penitencial de Cuaresma el papa Francisco confesó y administró el sacramento a varios fieles. El Papa dijo a los fieles: “en este acto de arrepentimiento y confianza, nos abriremos a la alegría del don más grande, que es la misericordia de Dios”. También enfatizó que “sólo quien es pobre de espíritu, necesitado de la salvación y mendigo de la gracia, se presenta ante Dios sin exhibir méritos, sin pretensiones, sin presunción. No tiene nada y por eso encuentra todo, porque encuentra al Señor”. El Santo Padre concluyó: ·”cuando nos confesamos, nos ponemos en el fondo, como el publicano, para reconocer también nosotros la distancia que nos separa entre lo que Dios ha soñado para nuestra vida y lo que realmente somos cada día. Y, en ese momento, el Señor se acerca, acorta las distancias y vuelve a levantarnos; en ese momento, mientras nos reconocemos desnudos, Él nos viste con el traje de fiesta. Y esto es, y debe ser, el sacramento de la reconciliación: un encuentro festivo, que sana el corazón y deja paz interior; no un tribunal humano al que tenemos miedo, sino un abrazo divino con el que somos consolados”.
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