Calidad en la escuela católica
La educación católica enfrenta el reto de mantenerse vigente y de calidad en un mundo en constante transformación. Esto lo asegura el Secretario General de la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC), Oscar A. Pérez Sayago, en un artículo en el que destaca que, antes que nada, la escuela católica debe ser capaz de formar competencias acordes con los tiempos actuales. Para ello, debe actualizar sus metodologías y responder a los estándares educativos internacionales sin perder de vista su identidad. La clave está -añade- en combinar la excelencia académica con la enseñanza de valores, asegurando que la formación en la fe y la calidad educativa vayan de la mano. Considera que las escuelas católicas deben aspirar a ser significativas en la transformación social y en la lucha por los más desfavorecidos. Para lograrlo propone una mirada esperanzadora hacia el futuro, dispuesta a asumir riesgos y evolucionar sin apegarse a estructuras del pasado. Finalmente, comparte tres claves fundamentales para fortalecer a la escuela católica: estar atentos a los signos de los tiempos, iluminarse con el evangelio y cultivar la espiritualidad.
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